Sabemos que el bullying o acoso escolar es un tema que como padre o madre te interesa saber enfrentar. Por eso, en este artículo recopilamos algunas claves que pueden ayudar a evitarlo.
Cuando hablamos de bullying nos referimos, tal como explica la UNICEF, a “la conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada”.
Esta se puede manifestar en agresiones físicas y/o verbales, robos, difamación, acoso sexual, exclusión, entre otras prácticas que pueden marcar a un niño/a de por vida. Incluso, se puede dar de manera online (ciberbullying).
Lo preocupante es que las cifras no son alentadoras. Según el mismo organismo, entre 50 y 70 % de los estudiantes latinos y del Caribe han estado involucrados en algún tipo de acoso escolar.
Para proteger a tus hijos, y evitar que hagan parte de estas tristes cifras, es clave que te mantengas alerta.
Lo primero que debes saber es que no todos los niños enfrentarán el bullying de la misma manera. Todo dependerá de la confianza que tengan con sus padres, su autoestima y personalidad.
Por lo tanto, a continuación enumeramos algunas de las señales más comunes en niños víctimas de bullying.
*Recopiladas del sitio norteamericano Stop Bullying.
Lesiones a las que no puede dar explicación.
Pérdida o destrucción de objetos o ropa que suele llevar a clases.
Malestares frecuentes como dolor de cabeza o estómago.
Cambios en la alimentación (no tener apetito o darse atracones).
Problemas para dormir (desde pesadillas hasta insomnio)
Baja en sus calificaciones, desinterés por las asignaturas y por asistir a clases.
Alejamiento de su círculo de amigos y ganas de no participar de eventos sociales.
Muestras de frustración o de disminución de su autoestima.
Acciones autodestructivas (desde escaparse de la escuela o casa hasta pensamientos suicidas).
Si identificas alguna o varias de estas señales en tu hijo/a, es momento de tomar medidas. Aunque no siempre se deben al bullying, se trata de situaciones que como adultos debemos detenernos a mirar con atención. También pueden estar relacionadas con otras amenazas para los niños.
A pesar que muchos jóvenes y niños aseguran haber sido víctima de acoso escolar, un bajo porcentaje lo denuncia a tiempo.
¿Qué podemos hacer los padres? Existen diversas medidas para prevenir el acoso escolar.
1. Enseñarles a identificar el acoso
Para que estén preparados para enfrentar este tipo de situaciones, lo primero es que sean capaces de entender de qué se trata el bullying. Es importante que es una práctica que no deben aceptar y que no se trata de un juego.
A su vez, es clave que entiendan qué deben hacer como respuesta. Lo principal es que sepan pedir ayuda a un adulto de confianza.
Además pueden armar estrategias juntos; pensar en cómo manifestar límites si es que están en una situación incómoda o adónde ir si se sienten en un riesgo (por ejemplo, mantenerse cerca de sus profesores).
2. Mantener una buena comunicación con ellos
La única forma que podamos estar alerta del bullying es teniendo una comunicación fluida con nuestros hijos. Es importante tener conversaciones de manera frecuente y practicar una escucha activa.
Asimismo, debemos involucrarnos en sus vidas; saber quiénes son sus amigos, qué tipo de relación tienen con ellos, preguntarles sobre la escuela e interesarnos por sus preocupaciones.
Más allá de interrogarlos, lo importante es hacer preguntas clave. Algunas ideas: ¿Cómo son los viajes en el bus escolar? ¿Con quién te juntas en el recreo? ¿Cómo son los niños acosadores? ¿Alguna vez has sentido miedo de algún compañero?
Para potenciar su autoestima es clave que los animemos a hacer aquellas actividades que aman. Desarrollar sus pasatiempos e intereses favoritos los ayudarán a fortalecer su confianza, así como también a conocer y hacer vínculos con sus pares.
Tal como señala el sitio Etapa Infantil, hay niños que son más vulnerables a sufrir acoso escolar. Por lo general son aquellos que tienen dificultades para defenderse, lo que ocurre cuando no existe autoconfianza suficiente.
Los niños repiten lo que ven en sus padres o adultos responsables. No hay nada mejor, para enseñarles a detectar el bullying, que tratar al resto con amabilidad y respeto.
Así incorporarán esta forma de relacionarse, como la adecuada. También hay que animarlos a no aceptar que se haga bullying a los demás.
Es fundamental que analicemos nuestro comportamiento cuando pasamos por situaciones de estrés o que nos llevan al límite. Los niños siempre están absorbiendo información de los adultos que los rodean.
De nosotros depende frenar las cifras de bullying. Con nuestra guía podemos criar niños más amables y sanos. ¡Todos debemos comprometernos en esta tarea!
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