Apuesto a que te ha tocado un berrinche de tu hijo en un centro comercial, o quizás en un supermercado u otro lugar público.
Y lo sé, quieres meterte debajo de una roca y evitar las miradas de las personas. Deseas que exista un botón que, al apretarlo, calme a tu hijo o hija y regrese todo a la normalidad.
Pero, debes saber que detrás de un niño o un bebé que llora por un juguete, hay más factores a considerar. Y, afortunadamente, cuentas con nuestra información de primera mano.
¿Qué son las pataletas? Encontrar una respuesta a esa pregunta, y entender cómo manejar berrinches, es tu misión de hoy (si decides aceptarla).
¡Pongamos manos a la obra!
Observa bien a tus pequeños. Piensa en lo poco que llevan en este mundo y en su escasa experiencia para manejar sus emociones.
La rabia, como la tristeza o la alegría, son sentimientos normales de los seres humanos. Es sano manifestar descontento en situaciones que se consideran injustas o en medio de desacuerdos, y los pequeños lo logran con las pataletas.
Ahora, si tu pequeño empieza a golpear a las personas y su comportamiento se hace agresivo y, al parecer, incontrolable, es necesario poner atención y aprender cómo lidiar con el enojo.
El manejo de berrinches es un arte que dominan muy pocos. No es verdad, solo necesitas armarte de paciencia. Quien sabe, tal vez lo que aprendas hoy no solo te ayude a entender cómo educar a un bebé de un año, a un niño o a un adolescente.
Incluso, hasta podría servirte para enfrentar una crisis de llanto en adultos. Lo cierto es que lo primero que debemos entender es que un menor puede sentir rabia, entre otras cosas, por:
Ahora sí, vamos al grano. Te contaremos los pasos adecuados que debes seguir para saber cómo manejar los berrinches:
Es importante que los pequeños entiendan que haces parte de su equipo y estás realmente dispuesto a entender el origen de la rabia.
No te enojes con ellos ni los hagas sentir culpables por la forma en que actúan “a pesar de todos tus sacrificios”. Aclárales que el problema es la rabia, no ellos.
Pedir a tus hijos que dibujen su rabia, o la moldeen en plastilina; le asignen un color, y le pongan un nombre permite que este sentimiento deje de ser algo abstracto.
Enumeren juntos los posibles desencadenantes de la rabia y las señales de que se acerca un episodio de ira. Así, serán más conscientes y podrán evitarla en el futuro.
Contar hasta diez y respirar más despacio y de forma más consciente es una excelente forma de controlar la rabia.
Lo importante es tener claro qué son las pataletas; no agredir a los pequeños ni verbal ni físicamente; hacerlos sentir acompañados, y no dejarse presionar por las miradas o palabras de desaprobación de quienes contemplan la situación.
Adelante, ¡lo harás bien!
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