3 ejercicios para la confianza con tus hijos: así puedes ganártela

Entradilla

Por iSmart360
julio 14, 2022

Si te interesa criar a tus hijos para ser grandes seres humanos es clave que crean en ti y se sientan seguros contigo. Pero para esto se debe trabajar día a día en la relación y demostrarles con hechos que pueden hacerlo. 

 

Tal como explica el sitio Eres Mamá, la confianza es la base para inculcar otros valores como el respeto y la consideración. Si un niño o niña confía, también estará abierto a recibir tu ayuda o tenerte como confidente tanto en las buenas como en las malas.

 

Si trabajas en este tema, evitarás malos hábitos como las mentiras o que omitan información. Con una relación honesta podrás guiar y acompañar a tus hijos de la mejor manera. Por esto, estarán más protegidos y preparados para enfrentar la vida. 

 

Para conseguirlo, se deben aplicar ciertas medidas que especifica la página web del Sapos y princesas del diario El Mundo: lograr conexión, pedir su opinión, ofrecerles espacios de intimidad y privacidad, dar la libertad justa en el momento adecuado, construir la comunicación desde que son pequeños, tener disposición para escuchar, aceptar que no tiene que pensar ni sentir como tú, crear un ambiente acogedor y contenedor, evitar los interrogatorios, hacer refuerzo positivo a través de los valores. 

 

Equilibrio entre dos


Este juego puede funcionar entre personas de distintas edades, pero lo ideal es hacerlo con niños que ya tengan dominio de su cuerpo. Se requerirán tres personas; dos participantes y un moderador. 


Padre o madre deben ubicarse frente a su hijo/a, mirándose y con las puntas de los pies tocándose. Luego deben agarrarse de las manos. Cuando el moderador lo indique, deben echarse hacia atrás, como si se dejaran caer. El moderador puede ir aumentando la dificultad a medida que los minutos avanzan (por ejemplo incluir pequeños giros del cuerpo o sentadillas). La idea es que el moderador explique que esa es la misma forma en que funciona la confianza.


El eco

 

Este juego es ideal para realizarlo en familia y requiere que los niños sepan leer y escribir. El objetivo es fortalecer la relación entre los integrantes del grupo y que los más pequeños entiendan que para tener una buena comunicación deben entregar lo que les gustaría recibir. 

 

Es crucial que se explique el fenómeno del eco. Por ejemplo: “¿Se acuerdan cuando fuimos a la montaña y nuestros gritos se repitieron?”.

Una vez que hayas recordado o explicado el fenómeno, debes repartir un papel a cada persona de la familia y pedirles que dividan la hoja en tres columnas. La primera columna tiene que decir “Nombre” y todos deben anotar el nombre de los otros integrantes. Por ejemplo: “mamá”, “papá”, “hermana”. 

 

La segunda columna debe decir “Relación” y aquí se escribe el tipo de relación que se quiere tener con la persona de la columna anterior. Podría ser “diversión” o “cariño”. 

Finalmente va la columna “Dar”, donde tendrán que anotar lo que van a ofrecer a la persona de la primera columna para lograr lo que se desea en la relación. Por ejemplo, “ser más respetuoso” o “tener más paciencia”. 


La idea es que a medida que los integrantes del grupo familiar van anotando sus frases, entiendan que al igual que un eco acústico, uno siempre va a recibir lo que da. Si uno trata a alguien con desconfianza, la persona no va a devolver confianza. Por lo tanto, se tiene que entregar de manera proactiva para lograr la relación que se quiere. 

 

Para lograr los objetivos descritos en el papel, los integrantes tendrán entre 2 y 3 semanas, según se acuerda. Durante este plazo, diariamente debe existir un espacio de conversación (aunque sea breve) en el que cada persona pueda compartir qué está haciendo para cumplir lo que prometió dar. Los otros integrantes pueden mostrarle acciones que no haya visto. Por ejemplo, “¿Recuerdas cuando no quedaban más dulces y le cediste el tuyo a tu hermanita?”. 

 

Una vez que se haya cumplido el plazo, se analizan las columnas más profundamente en una conversación más distendida. 

 

Lázaro

 

Este juego se debe realizar idealmente en un espacio abierto, pero seguro. Sólo se necesitarán vendas para cubrir los ojos de los integrantes de la familia.


Idealmente debe existir un moderador, que tendrá que formar parejas (puede ser uno de los padres con uno de los hijos). Una persona tendrá que vendarse los ojos y la otra actuará de guía. Una vez que la primera persona tenga los ojos tapados, el moderador debe disponer algún artículo que funcione como meta.


Para llegar a este punto, quien opera como guía tendrá que darle instrucciones a su pareja para que pueda llegar al punto establecido. 


Se pueden añadir algunas acciones divertidas y más complejas como pedirle al vendado que se dé una vuelta en medio del juego o que solo utilice un pie (dando saltos).


Una vez que se llegue a la meta o se cumpla el tiempo, se deben invertir los roles.


La idea es que una vez que la actividad se haya completado, se converse respecto de ella y de la forma de entregarse al otro. Algo muy útil es plantear preguntas como: “¿Qué les pareció la actividad?”, “¿Cómo se sintieron al ser guiados por su pareja?”, “¿Cómo se comunicaron?”. 



Como ves, hacer actividades que refuercen la confianza no requiere de muchos materiales ni gran dedicación. Solo basta con tener la iniciativa de fortalecer los lazos y darse los espacios para poder trabajar en ello.

 

Esperamos que disfrutes de ponerlos en práctica y poco a poco vayas ganando la confianza de tus hijos.

 

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